Ciclo C

Epifanía del Señor – 5 de enero de 2020 – Año A

Brilla la estrella,

luz para todos los pueblos

 

Aquí van los comentarios y videos para 5 de Enero de 2020

 

Un video doblado por P. Alberto Rossa, cmf

 

Introducción

 

Tierra de paso, objeto de discordias, encrucijada de pueblos, culturas, razas, lenguas, Palestina ha sido invadida y ocupada, a turno, por los faraones de Egipto y los príncipes de Mesopotamia. 

 

El deseo de venganza contra estos opresores había sido cultivado por largo tiempo en Israel (cf. Sal 137,8-9). Sin embargo, la venganza y la represalia no entraban en los planes de Dios. Un profeta anónimo del siglo III a.C. revela, por el contrario, cuáles eran en realidad los sueños de Dios: “¡Un día los egipcios con los asirios darán culto a Dios. Aquel día Israel será mediador entre Egipto y Asiria; será una bendición en medio de la tierra porque el Señor Todopoderoso los bendice diciendo: ¡Bendito mi pueblo, Egipto, y la obra de mis manos, Asiria, y mi herencia, Israel!” (Is 19,23-25).

 

Una profecía sorprendente, inaudita, increíble: Israel está destinado a ser el mediador de la salvación para sus dos enemigos históricos, los asirios y los egipcios. 

 

Un siglo antes, otro profeta había anunciado: el Señor conducirá a todos los extranjeros a su monte santo y los colmará de la alegría de su casa (cf. Is 56,6-7). 

 

El sueño de Dios se realizó cuando surgió en Jacob, como el Señor había prometido (cf. Num 24,17), la estrella, Cristo el Señor. Su luz disipa las tinieblas creadas por odios ancestrales y convoca todas las gentes a formar una única familia. Es este el mensaje de esperanza de la Epifanía, la fiesta de la luz.

 

 

Para interiorizar el mensaje, repetiremos:

“Su luz hará florecer la justicia y abundar la paz, hasta que se apague la luna”.

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María Santísima Madre de Dios – 1 de enero de 2020 – Año A

Bendigan, no maldigan:

es el camino de la paz

 

Aquí van los comentarios y videos para 29 de Diciembre

 

Un video doblado por P. Alberto Rossa, cmf

 

Introducción

 

Los cristianos han siempre asociado la tradicional fiesta del año nuevo con diferentes temas o fiestas religiosas. Antes del Concilio se celebraba la circuncisión de Jesús que tuvo lugar, según nos refiere Lucas, ocho días después de su nacimiento (Lc 2,21). Este día ha sido también dedicado a María Madre de Dios y, a partir del 1968, el primer día del año se ha convertido, por voluntad del papa Pablo VI, en el “día mundial de la paz”.

 

Las lecturas reflejan esta variedad de temas: las bendiciones para un buen comienzo del año (primera lectura); María, modelo de toda madre y de todo discípulo (evangelio); la paz (primera lectura y evangelio); la filiación divina (segunda lectura); el estupor frente al amor de Dios (evangelio) y el nombre con el que Dios quiere ser identificado e invocado (primera lectura y evangelio).

 

Bendecir y bendiciones son términos que aparecen frecuentemente en la Biblia; se encuentran en casi todas sus páginas (552 veces el Antiguo Testamento, 65 en el Nuevo Testamento). Desde el principio Dios bendice a sus criaturas, los seres vivientes, para que sean fecundos y se multipliquen (Gn 1,22); así mismo bendice al hombre y a la mujer para que dominen y cuiden de toda la creación (Gn 1,28); Dios también bendice el último día, el sábado, signo del descanso y de la alegría sin fin (Gn 2,3).

 

Necesitamos ser bendecidos por Dios y por los hermanos. La maldición separa y significa rechazo; la bendición, por el contrario, acerca, refuerza la solidaridad, infunde confianza y esperanza. “El Señor te bendiga y te proteja”: son las primeras palabras que oímos en la liturgia de este día con el fin de que permanezcan impresas en el corazón y se las repitamos a amigos y enemigos a lo largo de todo el año.

 

 

Para interiorizar el mensaje, repetiremos:

“Enséñanos, Señor, a bendecir a quien nos insulta,

a soportar a quien nos persigue,

y a confortar a quien nos calumnia”.

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Fiesta de la Sagrada Familia – 29 de diciembre de 2019 – Año A

Una familia que cree

en los sueños de Dios

 

Aquí van los comentarios y videos para 29 de Diciembre

 

Un video doblado por P. Alberto Rossa, cmf

 

Introducción

 

“Caza sombras o persigue vientos el que se fía de sus sueños…magia, adivinación y sueños son una falsedad” (Eclo 34,2.5). Los sueños de los hombres pueden ser también aterradores. Tendido en su lecho, Nabucodonosor es víctima de imágenes y visiones nocturnas y, para tener una interpretación, debe recurrir al profeta Daniel.

 

Los sueños de Dios son diferentes. Mateo, el único entre los evangelistas, que introduce los sueños en los relatos de la infancia de Jesús: José recibe en sueños el anuncio del ángel (Mt 1,20), los magos son avisados en sueños de no regresar a Herodes (Mt 2,12), José es advertido tres veces en sueños (Mt 2,13.19.22).

 

Estos sueños están constituidos solamente de palabras, palabras del Señor que piden ser escuchadas. Son un artificio literario, un modo de presentar la revelación de la voluntad de Dios a los dos esposos quienes, por su parte, muestran su completa disponibilidad a seguirla, prontamente y sin oponer resistencia.

 

Los problemas que la sagrada familia ha tenido que afrontar no han sido ni pocos ni simples. A diferencia de lo que a menudo sucede en nuestras familias y en nuestras comunidades donde los momentos de crisis, las dificultades y desventuras son a veces motivo de alejamiento y disgregación, en la sagrada familia de María y José los obstáculos se convierten en un estímulo al diálogo, a la unión en el servicio al débil y al necesitado, a mantener la mente y el corazón vueltos a Dios. Los dos esposos se mueven siempre juntos, han permanecido en sintonía y han sido unánimes en las decisiones.

 

El secreto de su unión: han renunciado a sus sueños y han hecho propio el sueño de Dios.

 

 

Para interiorizar el mensaje, repetiremos:

“En la escucha de tu Palabra, Señor, 

nosotros descubrimos tu sueño sobre nuestras familias”.

 

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Natividad del Señor– 25 de diciembre (Misa de medianoche)

Luz para quien yace en las tinieblas

 

Aquí van los comentarios y videos para 25 de Diciembre

 

Un video doblado por P. Alberto Rossa, cmf

 

 

Introducción

 

“Las tinieblas cubrían el abismo…cuando Dios dijo: ¡que exista la Luz!” (Gen 1,2-3).

 

Luz es la primera palabra que Dios pronuncia en la Biblia, palabra que señala el inicio de la creación (Gen 1,3). Desde que “Dios vio que la luz era buena” (Gen 1,4) el hombre no ha dejado de desearla, de buscarla, al mismo tiempo que teme y huye de la oscuridad. Las tinieblas hablan de muerte y por tanto huimos de ellas.

 

Quien nace viene de la luz, quien muere se encamina hacia la tierra de las tinieblas (Job 10,21). “Dios –afirma Job– revela los más hondo de las tinieblas y saca a la luz las sombras” (Job 12,22). En la mentalidad bíblica las tinieblas no son sino la antesala de la luz, están destinadas a convertirse en luz.

 

Dios es luz e impregna de luz todas sus criaturas: el rocío se convierte, en la imaginación poética de Isaías, en roció de luz (Is 26,19); también las nubes, aunque obscuras y amenazantes, están grávidas de luz que brilla, cuando se enciende el relámpago (Job 37,15).

 

Celebramos la liturgia de Navidad durante la noche para reproducir plásticamente, la oscuridad vencida por la palabra del Creador, la oscuridad de nuestra condición humana iluminada por la venida del Salvador.

 

Para interiorizar el mensaje, repetiremos:

“La luz de un Niño brilla sobre los que habitan en la tierra tenebrosa”.

 

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